viernes, 19 de febrero de 2016

La estrategia china en el sector agrario

Interesante artículo escrito por Jesús López Colmenarejo   de la revista Agricultura.

 
 
El interés del sector agroalimentario español en el mercado chino no es un tema nuevo. Y las razones para que exista son de peso, ya que aunque la economía de China está sujeta a grandes desequilibrios estructurales y de poder adquisitivo, sus habitantes son más de 1.300 millones, los cuales, en mayor o menor medida, se perciben como potenciales consumidores de nuestros productos.
 
Productos alimentarios como nuestros aceites de oliva, la carne de porcino o nuestros vinos son cada vez son más conocidos en el país asiático, algo que en los dos últimos casos ha servido para aminorar en gran parte el efecto del "parón" del mercado ruso a los productos procedentes de la UE.
 
Pero la relación de nuestra agroalimentación con la nación más poblada del mundo no se queda ahí. China no es el típico país comprador "pasivo" de productos occidentales. Y es que en los últimos años la expansión agroalimentaria de China ha tomado varias vías. Una forma rápida de acercar productos occidentales a su mercado ha sido el camino corto: la adquisición de empresas occidentales de forma total o parcial.
 
Este es el caso del grupo alimentario chino Shuanghui, propietario la estadounidense Smithfield Foods que a su vez es el principal accionista de Campofrío, o del grupo Fosum que adquirió recientemente el 20% de Osborne. El grupo chino Bright Food, por su parte, ha encontrado en la empresa catalana Miquel Alimentació la plataforma idónea para exportar productos españoles hacia China...para estas marcas se abren incertidumbres aunque quizás también un futuro próspero que se encuentra más allá de las puertas de Asia.
 
Pero la estrategia alimentaria de China no ha quedado ahí. Ya desde hace años aparecen en diferentes medios noticias sobre la política de inversión que China está llevando a cabo en fincas agrarias de todo el mundo. Se calcula que son más de tres millones las hectáreas que han sido compradas en diferentes zonas de todo el planeta (entre las que destacan zonas en desarrollo de África y América del Sur) y que servirían para complementar la carencia de superficie agrícola que necesita el país asiático, ya que China concentra el 20% de la población mundial y sólo tiene el 9% de las tierras cultivables.
 
España evidentemente no es un país con este perfil territorial, aunque es cierto que ha habido movimiento de inversores chinos por la adquisición de grandes fincas de olivos y de almazaras que pasan por una situación financiera difícil en Andalucía y Castilla-La Mancha.
 
La tercera iniciativa de China está siendo la innovación tecnológica, una medida con la que el gigante asiático aspira a aumentar la productividad de sus tierras. Esta acción pasa por la inversión en empresas de medios de producción occidentales del sector agrario: maquinaria, semillas o fitosanitarios están en el punto de mira de las empresas chinas como ya ha ocurrido por ejemplo en marcas de automoción como Volvo, telefonía como Motorola o informática como Lenovo.
 
Aquí encaja la noticia con la que nos encontramos al cierre de esta edición: la propuesta de compra de Syngenta por la empresa pública china ChemChina por una cantidad cercana a los 43.000 millones de dólares (en euros, 40.000 millones).
 
Tras unos meses de incertidumbre en los que a la empresa suiza le habían surgido varias propuestas de acercamiento por parte de su rival norteamericana Monsanto, Syngenta ha decidido tomar la opción asiática que, aunque implica un precio de venta menor, a priori tendrá menos problemas antimonopolio en Estados Unidos y la Unión Europea. Además esta decisión le permite mantener su estructura y equipo gestor y abrirse con más facilidad a un mercado emergente menos reticente a la biotecnología.
 
No siempre se consigue lo que se quiere, pero a veces se consigue lo que se necesita...
 
un saludo!!

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